Publicado: 7 de Marzo de 2017 a las 11:52
Las DMO son órtesis de tejido hechas a base de Lycra® y no incorporan ningún tipo de látex. Han sido diseñadas para ofrecer órtesis a medida en casos de disfunciones neurológicas y funcionales, mejorando la movilidad, la postura y evitando las contracturas estructurales.
Algunas investigaciones y la actual práctica consolidada en el Reino Unido nos hablan de los beneficios derivados del uso de dichas órtesis. Al principio estos dispositivos se desarrollaron para ayudar a niños con parálisis cerebral; sin embargo, su empleo ha sugerido algunos resultados funcionales en otras disfunciones neurológicas como el accidente vascular cerebral (AVC), traumatismos craneales, esclerosis múltiple etc.
Debido a la naturaleza especializada de estas órtesis, su equipo clínico hará una identificación detallada y una evaluación de los objetivos a partir de los cuales podrá medir los resultados derivados del uso de la órtesis.
El estudio clínico identificará todos los rangos de movimiento muscular, de la postura sentada y de la habilidad para caminar como parte de la evaluación. A partir de esta valoración se obtiene la base para diseñar la órtesis; después se necesitarán otras medidas precisas que se tomarán en posición estirada para trajes, pantalones cortos y mallas, y en posición sentada para guantes, mangas y calcetines.
Como la órtesis debe quedar ajustada, serán necesarias numerosas mediciones para garantizar una adaptación ajustada y confortable. Para que la órtesis proporcione al paciente estabilidad y las fuerzas directrices necesarias, así como flexibilidad y movimiento, deberá ceñir muy bien.
La órtesis puede mejorar la marcha y la postura reduciendo el tono muscular excesivo y optimizando la estabilidad. El uso de órtesis también tiene otros beneficios adicionales como sería la reducción de los movimientos incontrolados, una mejor conciencia de la posición corporal, una mayor precisión en los movimientos.
Los niveles de éxito dependen de la aceptación de la rutina diaria de poner la órtesis y quitársela y sobre todo, mientras su médico no indique lo contrario, continuar el tratamiento tanto en invierno como en verano. La órtesis no debe llevarse de noche, pues la experiencia clínica muestra que el cerebro se adapta al efecto con la consiguiente reducción de los resultados.
En la mayoría de los casos el usuario se adapta rápidamente a la órtesis particularmente si el tiempo de uso va aumentando hasta alcanzar los 5 o 6 días.
En algunos casos, sobre todo con calcetines para la dorsiflexión o guantes, su terapeuta le prescribirá unos ejercicios que deberá realizar diariamente cuando lleve puesta la órtesis. Estos ejercicios han sido pensados para estimular la longitud del músculo y para fortalecer los músculos debilitados, un requisito imprescindible si el usuario tiene la perspectiva de poder desprenderse finalmente de la órtesis.
Cuando el usuario presenta en un corto espacio de tiempo una mejoría llevando la órtesis, normalmente en 2 o 3 años de duración, es posible ir eliminándola gradualmente. Como es obvio este paso solo debería darse con la participación de su equipo clínico, no obstante, hay casos en que esto no ocurre así y el paciente debe seguir usando la órtesis como tratamiento continuado de la enfermedad.
Su equipo médico puede reexaminar el caso y aconsejarle en consecuencia.